Recientemente estuve leyendo un maravilloso libro que al final le daré el crédito merecido. Habla sobre el verdadero poder de la palabra hablada o sea, lo que decimos con nuestros labios, lo que confesamos. Si leemos en Génesis 1, Dios pensó, habló y el universo existió. ¡Qué maravillosa realidad! Te imaginas si nosotros ponemos esa realidad en nuestras vidas.
El verdadero poder de la palabra hablada está por encima de nuestro entendimiento. Es un misterio espiritual, un secreto oculto que ahora está siendo revelado para equipar al pueblo de Dios para una era sin precedente de capacidad y de influencia.
Ha llegado el momento de que los creyentes nos levantemos y caminemos en el conocimiento y la autoridad que Dios ha proporcionado y ha ordenado por medio de su Palabra; la Palabra que El habló y quiso que nosotros pronunciaramos.
Todo el universo comienza y gira en torno a dos cosas: palabras y pensamientos. Estos dos elementos forman la sustancia creativa que moldea y da forma a nuestra humanidad. Cada uno de nosotros se convierte en la persona que es, escoge la dirección que toma y logra todo lo que hace basándose en estos dos elementos primordiales.
Debemos aprender a declarar la Palabra de Dios en nuestras vidas y así también hacia los demás. Tenemos que declarar todas las bendiciones que Dios nos dice en su Palabra.
La Palabra de Dios declara salud, gozo, paz, felicidad, prosperidad, poder, entre tantas cosas.
Así que declara el día de hoy, cómo uno de los mejores, ya que lo depositas en las manos del Señor. Ordena a tu día que coopere plenamente con el plan y el propósito de Dios; declara que está amaneciendo un nuevo día para tu ministerio y tu trabajo o negocio, para tus finanzas, para tus relaciones y tu salud. Declara también, que cualquier cosa o persona que venga a minar, frustrar, obstaculizar o hacer daño sea apartada en el nombre del Señor.
Declara bendición para tu día.
Tomado del Libro: Declara Bendición para tu Día. de Cindy Trimm. (Te lo recomiendo).
